LAS LÁGRIMAS DEL REY BOABDIL.
Retrato del Rey Boabdil |
LOS ROMANCES DE FRONTERA.
Portada Romancero Español |
En el romance de frontera “Abenámar” se puede leer cómo el Rey Don Juan de Castilla le lanzaba requiebros amorosos a la Ciudad de Granada y ésta, ya conquistada por el moro Abenámar, así le contestaba:
Romance de Abenámar |
“Si tú quisieses, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.
Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene,
muy grande bien me quería.”
Del romance de Abenámar, de Cuartobelmundo |
En otros romances de frontera se observa una estrecha relación del juglar con familias nobles comprometidas con la guerra de Granada, así los antañones apellidos castellanos viejos de los Lara, los Gustioz y los González, ceden el paso a los Fernández y a los Díaz, más humildes como simples jefes de escuderos; y los de Almanzor, por parte musulmana, por los modestos Venegas, Reduán y Audalla. Así hasta un innominado rey de Granada, cuyo beneficiario será el Rey Chiquito, Boabdil, de triste historia engrandecida por la leyenda.
Y en el romance del “Asalto de Baeza” también se recogen los amores de los moros por las doncellas cristianas castellanas, así se puede leer:
“Moricos, los mis moricos,
los que ganáis mi soldada,
Escudo de Baeza, Jaén |
esa villa torreada,
y a los viejos y a los niños
los traed en cabalgada,
y a los mozos y varones
los meted todos a espada,
y a ese viejo Pero Díaz
prendédmelo por la barba,
y aquesa linda Leonor
será la mi enamorada.
id vos, capitán Vanegas,
porque venga más honrada,
que si vos sois mandadero,
será cierta la jornada.”
El auge de estos cantos épicos de frontera se iniciará a partir de la toma de Antequera, por el infante don Fernando, en 1410, y culminará con la conquista de Granada, en 1492.
Como es natural, muchos textos se han perdido, pero se conservan una variada muestra de ellos, que induce a pensar en el profundo arraigo que estos romances de frontera tuvieron entre las gentes que poblaban la frontera, a veces tan difuminada, de moros y cristianos.
Es menester, llegado este momento, dedicar unas palabras para tratar de desmitificar el maltrato que la historia y los romances de frontera dieron al último rey nazarí Muley Abu Abdillah Muhammad, Boabdil, el Rey Chico, haciéndole aparecer ante todos como un rey triste, cobarde, débil, de poco carácter, falto de decisiones, en fin, un personaje empequeñecido, y que, contrariamente a los usos de aquellos días, se solía engrandecer para mayor gloria de los vencedores.
Pendón Nazarí de Granada |
En dicha epístola de fray Antonio de Guevara, aparece una descripción de la congoja del depuesto emir Boabdil con las terribles palabras finales de su madre, ante el desmayo de aquel: “¡Justa cosa es que el Rey y los caballeros lloren como mujeres, pues no pelearon como caballeros!”.
Azulejo nazarí La Alhambra |
el rey Chico de Granada – perdió el reino que tenía,
Salióse de la ciudad – un lunes a mediodía,
cercado de caballeros – la flor de la morería.
Su madre lleva consigo – que la tiene compañía.
Por ese Genil abajo – que el rey Chico se salía,
los estribos se han mojado – que eran de gran valía.
Por mostrar más su dolor – que en el corazón tenía,
y aquesa áspera Alpujarra – era su jornada y vía;
desde una cuesta muy alta – Granada se parecía;
volvió a mirar a Granada, - desta manera decía:
“¡Oh Granada la famosa, - mi consuleo y alegría!
¡oh mi alto Albaicín – y mi rica Alcaicería!,
¡oh mi Alhambra y Akijares – y mezquita de valía!,
¡mis baños, huertas y ríos, - donde holgar me solía!;
¿quién os ha de mí apartado – que jamás yo os vería?
Ahora de estoy mirando – desde lejos, ciudad mía;
más presto no te veré, - pues ya de ti me partía.
¡Oh rueda de la fortuna, - loco es quien en ti fía,
que ayer era rey famoso – y hoy no tengo cosa mía!”
Siempre el triste corazón – lloraba su cobardía,
y estas palabras diciendo – de desmayo se caía.
Iba su madre delante – con otra caballería;
viendo la gente parada, - la reina se detenía,
y la causa preguntaba – porque ella no lo sabía.
Respondióle un moro viejo – con honesta cortesía:
“Tu hijo mira Granada – y la pena le afligía”.
Respondido había la madre, - desta manera decía:
“Bien es que como mujer – llore con grande agonía
el que como caballero – su estado no defendía”.
Cuentos de la Alhambra, de Washintong Irving |
El gran patriarca de la literatura americana, Washington Irving (1783-1859) que, como bien se sabe, vivió en la Alhambra de Granada mientras escribió su deliciosa obra “Cuentos de la Alhambra ”, tampoco dejó bien parado a Boabdil, en donde, a pesar de todo, recoge el sobrenombre que le dieron sus súbditos cariñosamente, “el Zogoibi”, es decir, el “Desgraciado”.
La Alhambra, dibujo a color |
Como veis, sus desgracias no cesaron con su muerte. Si Boabdil abrigaba el deseo de dejar un nombre honroso en las páginas de la Historia , ¡cuán cruelmente fueron defraudadas sus esperanzas!
Retrato de Boabdil, derrotado |
Situaros delante del mismo y observarle fijamente, mirándole a los ojos. Veréis un hombre de semblante dulce, hermoso y algo melancólico, de color sonrosado y de cabellos rubios. Evidentemente no era un rey cruel ni sanguinario, pero tampoco inconstante y veleidoso como la historia nos ha hecho llegar a nuestros días.
Dibujo Torre Comares, de Belén López Jiménez |
La Alhambra nocturna, foto de Transauto |
Albaycín, Granada |
Cerámica de Albaycín Granada |
Jarrón azul nazarí |
Su gran tragedia, fue íntima y personal: tras entregar las llaves y los planos de la Alhambra a sus católicas majestades, el 2 de enero de 1492, se refugió en la Alpujarra , según lo pactado, con su inmenso séquito. Trató de reconstruir su vida con sus hijos, secuestrados muchos años por los cristianos, y junto a su esposa Moraima, que falleció pronto de parto.
Bandera de Al Mutasim, de Almería, año 1051 |
Las Alpujarras Granada |
Valle de Lecrín, foto Ruta Caballo Palmali |
Casco del Rey Boabdil |
Boabdil caballería mora, fresco de Juan de Borgoña |
Quiero recordaros, queridas amigas, que al hombre andalusí le gustaban las mujeres bien entradas en carnes y los poetas hispanomusulmanes recogieron en sus obras este ideal estético. Excuso deciros que del otro lado de la frontera, del cristiano, también observaban el mismo ideal estético, como no podía ser de otra manera.
Corán manuscrito Al-Andalus, año 1143 |
Después de la batalla de Lucena, en la que muere su padre Alí al-Attar, el Aliatar de las crónicas castellanas, y es hecho prisionero su esposo Boabdil, Moraima con su hijo Ahmed, de poco más de un año, se retira nuevamente al carmen donde sobrelleva, con sus diecisiete años, los largos meses del cautiverio de su esposo en Porcuna.
Wallada, princesa omeya, siglo XI |
Desde este carmen en el Albayzín, llamado el Mirador de la Esperanza , Moraima contempla largamente y con gran nostalgia los palacios de la Alhambra , en los que apenas fue Reina.
Batalla de moros y cristianos |
Entre febrero de 1492 y agosto de 1493, las tierras almerienses de Andarax, Berja y Dalías fueron testigos mudos del, quizá, único año de felicidad de Boabdil y su esposa tras conseguir que los Reyes Católicos les devolvieran a sus añorados hijos.
Durante este año de felicidad, gustaba a Boabdil leer poesía a su amada Moraima, armonizada con algún instrumento musical. Decía así uno de los poemas:
El llanto aquí no cabe:
Todavía la boca no me sabe a ceniza.
Inmóvil, esta luz
se rezaga sobre el jardín.
Cansada y no marchita
retorna a las constelaciones de las que descendía.
Sobre nosotros caerá lo oscuro en vano,
porque el sol, al acecho en su cubil,
maquina la venganza.
Desterrados del mediodía,
La oquedad pronto de la tarde
nos sorberá como el jugo a una toronja.
De par en par abiertos estamos a la noche;
el insomnio es nuestro único armamento,
y, alrededor del agua, la planicie perfuma.
Descuelga el lubricán desde la nieve
su fatigado verde y amarillo…..
¿Quién cerrará estos ojos, esta boca, esta carne?
Nadie se librará del postrer día, ni del luto.
La luz se aleja, pero
la vida y tú permaneceréis.
Cuando muera la luz, grita mi nombre.
Mi nombre y tú ya estáis
a salvo en el jardín:
Fuera del tiempo, su maleficio no os perturbará.
Aquí vivieron hasta que los monarcas castellanos decidieron expulsarlos de España, lo que sucedió al finalizar el verano de 1493. Por lo que decidieron marchar en el mes de octubre hacia el puerto de Adra camino del norte de África, al reino de Fez.
Conquista de Iznájar por los cristianos en el siglo XV |
Moraima fue enterrada, en primer lugar, en Laujar de Andarax y, cuando salió Boabdil con toda su comitiva camino de Fez (actualmente Marruecos) con los restos de su mujer, hicieron una parada en Mondújar para sepultarla junto a los restos de algunos reyes nazaritas, en algún lugar hoy día desconocido.
En torno a estos sucesos hay ciertas historias y dichos populares que dicen que en el lugar de enterramiento de Moraima y de los reyes nazaritas, existe un gran tesoro escondido. Muchas de ellas están recogidas en los “Cuentos de la Alhambra ” de Washington Irving.
Mondújar, Lecrín, Granada |
Mondújar, paisajes |
Mondújar, señal turística |
Por lo tanto, las últimas lágrimas derramadas por Boabdil fueron sobre una tumba, en un pequeño pueblo granadino llamado Mondújar. En esta tierra dejó el Rey Chico para los restos a la persona que amó tanto como a su Granada, su esposa Moraima, la mujer que se mantuvo fiel a su lado, que le amó, que le dio dos hijos y que sufrió en silencio, tanto como él, su vida y reinado desdichado.
Muchas gracias por leerme, queridas amigas y amigos, y espero haberos emocionado.